Los faros siempre han estado rodeados de un halo de misterio y son varias las aventuras que se sitúan en ellos. Pero desde hace unos años, y para preservar su encanto, son muchos los que se han adaptado a los nuevos tiempos convirtiéndose en hoteles, muchos de auténtico lujo. El último en sumarse a esta iniciativa ha sido el gallego Faro Lariño Emotional Hotel, en Carnota, A Coruña, minimalista y de confort infinito. Y en De Salas hemos pensado que son una “excusa” perfecta para recorrer rincones del planeta alojándose en ellos.
Empezamos el recorrido de los faros con el mencionado Hotel Faro de Lariño, situado en primera línea de mar e impresionantes vistas al Atlántico. Convertido en hotel minimalista, ofrece nueve habitaciones diferentes y fue construido entre los años 1913 y 1921, obra del ingeniero Salvador López Miño, hecho de piedra y pintado en blanco.
A solo unos pocos kilómetros está O Semáforo de Fisterra, otro de los faros patrios, esta vez con 200 años de antigüedad y a 138 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con cinco habitaciones, un restaurante, cafetería, terrazas con vistas infinitas y varios rincones exclusivos en los que desconectar.
El tercero y último de los faros nacionales es Punta Cumplida, en la isla de La Palma. Tiene unos 150 años, y de las tres viviendas posibles, la suite principal tiene una extensión de 100 metros cuadrados, dos dormitorios, baño inspirado en los principios de la cromoterapia, cocina central y zonas comunes como piscina, jardín o zona para practicar yoga. Muy completo.
Damos el salto para conocer otro de esos faros fantásticos y en esta ocasión vamos a Italia, en concreto a Cerdeña, donde se encuentra Capo-Spartivento. Se trata de uno de los pocos hoteles de cinco estrellas ubicados en un faro y el primero de Italia. Construido sobre un acantilado, cuenta con piscina infinita, cuatro suites de 35 metros cuadrados y dos mini apartamentos separados del edificio principal.
Hasta Alemania nos vamos para descubrir The Roter Sand Lighthouse, ubicado en el Mar del Norte y el más aislado de todos, pues está construido en medio del mar. Las visitas las marca el clima, pero eso sí, la experiencia es impresionante, pues vivir una noche de tormenta puede llegar a ser sobrecogedor. Solo apto para valientes.
En Croacia tenemos el Faro Porer, se ubica en un islote al sureste de Istris, frente a Premantura, y por supuesto solo se puede llegar en barca y se tarda como una media hora. Cuenta con dos apartamentos para cuatro personas y en los días de lluvia, merece la pena escuchar el viento.
Escocia encabeza la lista con más faros convertidos en hotel, y uno de los más famosos es Corsewall. Ofrece incluso wifi y todo tipo de amenities, pero por supuesto, lo más espectacular es el emplazamiento y las vistas, con unas panorámicas que dan ganas de quedarse mirando todo el tiempo.
Y acabamos nuestro viaje en Alaska, en el Faro de Rockwell. Está situado en una isla privada, a cinco minutos en bote de la ciudad de Sitkas. Se remodeló en 2018 y tiene capacidad para seis personas. Se puede practicar la pesca y, como quien no quiere la cosa, incluso charlar de cerca con focas y leones marinos. Es una auténtica maravilla en blanco y rojo que parece sacado de un libro de aventuras.
En De Salas siempre nos gusta pensar en el espíritu aventurero y viajero de nuestros clientes y amigos, por eso nos parecía una oportunidad espectacular de cara al verano, proponer esta ruta por algunos de los faros más bonitos del mundo para alojarse. Lleven chubasqueros por si acaso.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle