Criptoarte es una palabra que fusiona dos mundos a priori tan opuestos como el digital y el artístico. Pero lo cierto es que su combinación es una realidad que crea verdaderas obras y a la que ya han caído rendidos casas como Durán Arte y Subastas, que saca a la venta su primera obra de estas características y crea una nueva plataforma dedicada al arte digital. En De Salas, curiosos por naturaleza y proyectados al futuro, hemos querido saber más de esta forma de arte que ha llegado para quedarse.
La londinense casa de subastas Christie’s hizo lo propio por primera vez en febrero de este año, por lo que no se trata de una moda pasajera ni sin peso en el mundillo de los que saben de arte. Pero, ¿qué es el criptoarte? Por decirlo fácil, son piezas digitales que se elaboran a partir de unos códigos que las hacen únicas. O lo que es lo mismo, un artista crea una obra digital y la pone a la venta o la subasta a través de plataformas creadas had hoc. Su nombre técnico es NFT, objeto único no fungible, non-fungible token en sus siglas en inglés.
Los expertos aseguran que el criptoarte es una manera de lograr que las obras artísticas creadas en estos soportes digitales sean únicas, y por tanto, más valiosas a la hora de pensar en vender y comprar. La cuestión es que reproducirlas es fácil, debido a esta “naturaleza desmaterializada”. De ahí que se vincule a un token no fungible, esos NFT de los que hablábamos y que poseen un número de identificación único asignado a cada obra.
Un token, que en inglés significa ficha, en realidad no es otra cosa que un nuevo término para una unidad de valor emitida por una entidad privada. Y no fungible define algo único que no se puede sustituir ni reemplazar por otro. Por tanto, un NFT, o token no fungible, es un tipo de ficha digital que representa algo único. En resumen, sus características principales es que son únicos, indivisibles, transferibles y con la capacidad de probar su escasez.
Las cantidades que mueve el criptoarte son verdaderamente altas, por ejemplo, el collage del artista conocido como Beeple que se subastó en Christie’s, alcanzó la cifra de 69,3 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera obra de un artista vivo, más cara del mundo. Los diez criptoartistas que más dinero obtienen, han ganado 342,5 millones de dólares. Sin duda, nada desdeñable.
Pero las NFT han dado un paso más, y la artista contemporánea Krista Kim se ha metido de cabeza en este mercado cada vez más lucrativo, con la primera criptocasa del mundo, un espacio marciano acompañado de una banda sonora que se puso a la venta en marzo de este año 2021. Y como curiosidad, contaremos que una portada del XL Semanal, creada como una criptopieza, se vendió por 26 mil euros.
El criptoarte puede sonar extraño e incluso más de uno dirá que eso no es arte. Pero lo cierto es que sí lo es. Por mucho que nos resistamos, el mundo digital está tan presente que parece una evolución lógica la introducción del arte en él. En De Salas nos ha despertado la curiosidad, y estamos seguros de que a nuestros clientes y amigos, también.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle