En De Salas nos gusta experimentar experiencias nuevas y si están relacionadas con placeres como el vino y viajar, mucho mejor. Esta semana hemos encontrado tres maneras diferentes de acercarnos a un buen vino, aprovechando que las vacaciones están a la vuelta de la esquina.


Nuestra primera parada nos lleva a Lanzarote, la isla más volcánica y mágica de las Islas Canarias. Allí, entre lava y viento, se encuentra El Grifo, también el llamado “viñedo de lo imposible”, la bodega más antigua de la isla que mima la uva Malvasía volcánica, una excepcional variedad prefiloxérica.


Debido a los alisios que soplan continuamente y a que la mecanización no es posible, las personas que iniciaron la bodega El Grifo lograron elaborar grandes vinos de manera absolutamente natural y artesana, porque, entre otras cosas, la filoxera que se produjo en el último tercio en Europa, no llegó a Canarias.


Esto hizo que se pudiera plantar las vides a pie franco, sin necesidad de portainjertos, como se hizo siempre. El Malvasía Seco Colección 2018 es de color amarillo pálido en su juventud, con irisaciones verdosas, muy limpio y brillante. En nariz, domina el carácter varietal de la uva con aromas florales como el azahar o jazmín, que evoluciona hacia notas frutales de hueso como el albaricoque o melocotón.

Complejo, fresco, vivaz pero al mismo tiempo armonioso, con volumen y un final amplio, se vendimia de forma manual a finales de julio. Tras una decantación por frío del mosto, se inicia la fermentación sobre unos 16ºC para permanecer en sus lías y preservar la fruta, potenciar su especificidad varietal y dotarlo de complejidad.

El siguiente viaje nos devuelve a la península, concretamente a las orillas del Duero, en la localidad zamorana de Toro. Allí encontramos Valbusenda Hotel Bodega & Spa, la joya del enoturismo y la gastronomía de autor por excelencia de la comarca.


Se trata de un maravilloso y elegante alojamiento de cinco estrellas que posee todo cuanto se pueda desear. Se trata de un complejo excepcional de 5 estrellas donde el tiempo parece pararse al atravesar sus puertas, dando paso a una sensación apacible de relax y desconexión.


Dispone de 35 lujosas habitaciones y suites con grandes ventanales e impresionantes vistas. Su zona de Spa es realmente imponente e incluye una zona VIP además de una amplia carta de tratamientos de belleza y bienestar. El hotel cuenta también con una zona fitness, piscina al aire libre, salones para reuniones, bodas y grandes banquetes, instalaciones deportivas de tenis y pádel… Un auténtico e inesperado paraíso que acoge con calidez y entrega al huésped, amante o no del vino.



Y para finalizar nos trasladamos al Alto Ampurdá, donde la bodega Terra Remota, organiza un exposición que dura todo el verano y que combina arquitectura con vino, algo así como el paraíso para cualquiera de nuestros clientes y amigos.


Bajo el nombre de Arquitectura nómada, la bodega catalana las mejores casas que iniciaron el movimiento prefabricado allá por los años 50 a los 70. De esta forma, y entre los viñedos, se puede pasear y entrar en la estación de servicios que para la compañía francesa «Total» ideó Jean Prouvé en 1969, el «Hexacubo» de Georges Candilis y «Bulle 6 coques», de Jean Maneval, que en 1963 realizó los primeros bocetos de una casa de burbujas de seis cascos, que se produciría entre 1968 y 1970.


En definitiva, tres formas de disfrutar de un buen vino que nos hará viajar, tanto físicamente, como en experiencias. Nos encanta. ¡Salud!
Gala Mora
DESALAS LifeStyle