La idea de ciudad ha cambiado con la pandemia, y hoy, en su concepción a futuro, se valoran elementos que antes no eran tan importantes. En De Salas hemos encontrado tres proyectos que nos han parecido que ayudan a entender esta nueva realidad urbanística en la que ya nos movemos.

El arquitecto español Vicente Guallart firma las que muchos consideran ya las primeras viviendas post-Covid a las afueras de la ciudad de Beijing, en China. Se trata de edificios autosuficientes basados en una arquitectura saludable, con la sostenibilidad y ecología como protagonistas.


El conjunto está pensado para poder producir alimentos, energía y también objetos de uso diario a partir de la mini-industria digital equipada con impresoras de 3D situadas en las plantas bajas. Además, todos los bloques de viviendas están cubiertos por invernaderos que permiten producir alimentos para el consumo diario y utilizan sus cubiertas inclinadas para producir energía.


Las casas cuentan con una amplia terraza orientada al sur, que actúa como un regulador térmico, y es además un espacio fundamental en periodos de confinamiento que permiten jugar y descansar. También están preparadas para tener espacios de teletrabajo y conectadas con redes 5G, creando redes sociales de escala de barrio para el intercambio de recursos.


El conjunto de las cuatro manzanas está construido con edificios de madera siguiendo principios de la nueva bioeconomía circular, y en ellos se mezclan viviendas, residencias de gente joven y mayores, oficinas, una piscina pública, tiendas, un mercado, guardería, un centro administrativo y un parque de bomberos. Una auténtica ciudad del futuro.

Otros nombres españoles, en esta ocasión de empresas, son los que están detrás de Aguaduna, la primera ciudad del mundo “donde la tecnología y la sostenibilidad hacen de cimientos”, tal y como aseguran desde Naurigas Emprendimientos y Seed Global Advisoring (SGA), responsables del desarrollo del proyecto.


“Para que nuestra generación y las venideras ganen en calidad de vida, es necesario que replanteemos la simbiosis sociedad-naturaleza y que hagamos uso de la tecnología y del conocimiento como medio para la consecución de ciudades más habitables, más resilientes y más sostenibles. Aguaduna es un modelo de ciudad innovadora, que pone en valor a las personas, la sociedad y la naturaleza”, cuenta el empresario español Tarek Al Masri, socio de la firma Seed Global Advisoring (SGA).

Ubicado en la ciudad de Entre Ríos, en el litoral norte del estado de Bahía en Brasil, “es el primer proyecto del mundo de una nueva generación de ciudades, cuyo desarrollo está vinculado a la gestión de sus impactos sociales, ambientales y económicos. El proyecto reunirá en un mismo complejo primera residencia, espacios de educación y formación profesional e instalaciones turísticas, además de ser un entorno con emisiones restringidas, por tanto, un destino ecológico, económico y socialmente sostenible”.

Sólo el 14% del terreno estará cubierto por carreteras y edificios, por lo que el restante 86% serán superficies permeables, siendo el 37% áreas protegidas (Mata Atlántica, lagunas naturales y dunas) y el 49% áreas verdes, parques y espacios verdes urbanizados, siendo así mucho más que una smart city.

Woven City es el nombre de la ciudad que creará la marca de automóviles Toyota a los pies del Monte Fuji, un prototipo que abarcará unas 70 hectáreas y que será un ecosistema conectado. Concebida como un laboratorio viviente, acogerá tanto a residentes permanentes como a investigadores que pondrán a prueba y desarrollarán tecnologías relacionadas con la autonomía, robótica, movilidad personal, hogares inteligentes y la inteligencia artificial.



La ciudad cambia, las necesidades también, y en De Salas nos adaptamos a estos cambios tan importantes, entendiendo que nuestros clientes y amigos deben estar informados y preparados para el futuro urbanístico que nos espera.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle