Un terrible incendio se ha llevado Notre Dame y con ella parte de nuestros corazones. En De Salas tenemos un vínculo personal muy fuerte con Francia y como buenos amantes del arte, la arquitectura, el diseño y la historia, nos ha parecido que, mientras el mundo espera que la estructura no colapse y no perdamos Notre Dame del todo, era un buen momento para rendirle un humilde pero sincero homenaje a uno de los símbolos más espectaculares no solo del país vecino, sino del gótico, el arte y y la historia en general.
Así que hemos pensado que lo mejor era encontrar esas pequeñas curiosidades que, fuera de lo que cuentan los libros, hacen de los lugares, mágicos y que merezcan la pena ser vividos. Por supuesto huelga decir que era la joya por antonomasia del gótico, y que tardó casi 200 años en construirse, acabando en 1345.
No vamos a hacer una descripción de arbotantes o rosetones, porque seguro que todos nuestros clientes la tienen en su retina. Pero sí vamos a humanizarla a través de pequeños detalles que nos han gustado para destacar. Como que es el kilómetro cero de Francia. Un medallón similar a la Rosa de los Vientos señala el centro del país galo.
Su visita incluía un tramo de nada más y nada menos que 422 escalones, sin alternativa de ascensor pero eso sí, merecían la pena solo por contemplar el extraordinario paisaje que se abría, unas vistas increíbles por las que uno debería hacerse medio fondista, porque de otra manera no se podría acceder a esa zona de la catedral.
Como buen lugar religioso, no podemos olvidar que se trata de una catedral, tiene sus mitos y leyendas de demonios, o no sería un lugar sagrado. De hecho, la Puerta de Santa Ana también es conocida como la Puerta del Diablo, porque el herrero al que se encargó finalizarla no encontraba la manera y se dice que una noche, vendió su alma al diablo a cambio de terminarla a tiempo y hermosa.
Y así fue, lo que sucede es que Biscornet, que así se llamaba el aprendiz, no llegó a disfrutar las mieles del éxito porque murió a los pocos días de acabarla. Tan misterioso fue aquello que cuando estaban a horas de inaugurarla, no había llave porque solo él conocía el secreto, y consiguieron abrirla… arrojando agua bendita sobre ella.
Las gárgolas son tan fascinantes como hechizantes y un poco turbadoras, y eso que su misión es evacuar agua del tejado. Pero ellas también tienen sus leyendas, y la más famosa hace referencia a Juana de Arco.
Se dice que cuando fue quemada en la hoguera, dentro de la catedral, al caer la noche las gárgolas despertaron y sobrevolaron París vengando su muerte, y a la mañana siguiente la ciudad amaneció plagada de cadáveres, en concreto los de todos los que habían acudido a ver la muerte de la heroína.
Y por supuesto no podemos olvidar a Quasimodo. Basada en la novela de Víctor Hugo, “Nuestra Señora de París”, hay multitud de películas, de Disney incluidas, que cuentan la romántica historia de amor entre Quasimodo, guardián de la catedral, y una bellísima gitana de nombre Esmeralda. Eso sí, aseguran que está basado en un personaje real, un escultor con joroba que inspiró al autor.
Jacques de Molay fue quemado vivo frente a ella, Napoleón coronado emperador, Juana de Arco beatificada, y escapó sin daños de las dos guerras mundiales, haciendo sonar sus campanas el 25 de agosto de 1944 para anunciar la liberación de París. Un lugar tan maravillo merece conservarse, al menos, en la memoria. Gracias Notre Dame por tanto.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle