El slow life se ha convertido en una tendencia, una forma de entender la vida que implica disfrutar más y mejor de cada momento. Y con los tiempos que corren, en De Salas hemos pensado que nuestros clientes y amigos se merecen disfrutar de este concepto, en forma de hoteles que ofrezcan ese plus en sus alojamientos, en cualquier parte del mundo. Y aquí van algunas de nuestras recomendaciones.
El Hotel Maslina es un lujo con forma de interiorismo sereno y exclusivo, donde la salvaje naturaleza protegida de la isla de Hvar donde se encuentra, en Croacia, conforma un paisaje exterior tan único que condiciona el estilo de todo el alojamiento. Colores terracota, cortinas etéreas blancas flotando en las áreas comunes, aquí el lujo reside en los grandes espacios y el magnífico entorno, además de en todas las amenities e instalaciones de las que dispone para disfrutar del slow life.
Hasta la maravillosa isla de Mykonos nos lleva el slow life, y encontramos en el hotel Kalesma toda la esencia de este concepto para vivir intensamente, en el sentido más profundo de la palabra. Se trata de un alojamiento de lujo con suites y piscinas privadas, un homenaje a la arquitectura tradicional griega y un deleite para los sentidos, que tiene en la sencillez de sus interiores, la magia de una de las islas griegas más especiales.
El hotel Santuario Kisawa es más que un alojamiento, es un proyecto que busca el lujo reflexivo del diseño a través de la artesanía local y la sostenibilidad en Mozambique, África. Los bungalows que componen el complejo, se distribuyen en residencias a lo largo de cinco kilómetros de cosa y 300 hectáreas de bosque frente a la playa de Benguerra. Los huéspedes son bienvenidos en catorce bungalows amueblados de forma única e individual, cada uno con su propia infinity pool y un área de día frente a la playa, con cocina al aire libre, cabaña y un equipo de servicio. Puro slow life.
Un diseño minimalista, colores blancos, todo el encanto de Portugal y un lujo discreto, el hotel The Addresses reinventa la hospitalidad ofreciendo alojarse en casas cuidadosamente reformadas para vivir el slow life del país vecino. “Buscamos que nuestros huéspedes disfruten de todo lo mejor que el Algarve tiene para ofrecer mientras se alojan en las mejores casas privadas. Cada una tiene su propia historia, están ubicadas en un lugar especial y todas han sido renovadas por los mejores arquitectos portugueses”, cuentan los dueños. Además de un interior bellamente cuidado, cada casa tiene una maravillosa zona al aire libre con piscina y la comodidad y el servicio de un hotel elegante.
Y por supuesto si hay un lugar donde el slow life cobra un sentido especial es sin duda Mallorca, de la mano del hotel Cap Rocat. Y es que no hay palabras para describir la esencia de este hotel y el lugar al que te transporta al cruzar el estrecho puente flanqueado por antorchas que te conducen hasta un interior que es como de otro mundo. El hotel ha sido fortaleza militar, consta de 28 habitaciones aisladas e independientes al borde del acantilado en las antiguas troneras de los cañones y dos suites en la Fortaleza. Lo que antes eran los edificios del fuerte fueron transformados en zonas de estar donde se han recreado distintos ambientes con una decoración mimetizada en la que predominan los colores claros y los tonos tierra. Una auténtica maravilla de lugar.
Disfrutar de la vida al máximo se ha convertido casi en un mantra, y aunque tengamos sed de aventura, lo cierto es que pocas cosas hay más placenteras que disfrutar del slow life, esa vida tranquila donde el lujo se transforma en tranquilidad y la intensidad de los momentos que no regala. Y en De Salas queremos que nuestros clientes y amigos lo vivan con todo el lujo posible.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle