Hablar de Bauhaus es hacerlo de la que sigue siendo considerada la primera escuela de diseño del siglo XX, y aunque cumple 100 años, el tiempo no pasa por ella y hoy es posible alojarse en algunos de sus edificios más emblemáticos. Y ahí es donde reside el lujo y la exclusividad, ya que se trata de construcciones que son historia viva.
El origen se remonta a 1919, de ahí su centenario, y la fundó el arquitecto Walter Adolph Georg Gropius, que decidió ponerle ese nombre uniendo las palabras alemanas Bau “construcción” y Haus “casa”, aunque curiosamente, no tuvo departamento de arquitectura durante sus primeros años.
La escuela nació en Weimar, se trasladó después a Dessau y acabó en Berlín, donde en 1933, y solo 14 después de su creación, Hitler la cerró por “decadente, bolchevique y promover el cosmopolitismo judío”. Y es que Gropius tenía un discurso muy claro y disruptor para la época, y ya forma parte de la leyenda su “arquitectos, escultores, pintores, debemos regresar a l trabajo manual, establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos, libres de esa arrogancia que divide a las clases sociales y que busca elegir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas”.
Hoy, 100 años después, Bauhaus es un estilo peculiar que los entendidos, como nos gusta presumir que son nuestros cliente de De Salas, aprecian y valoran, de ahí que descubrir que ocho de sus edificios más emblemáticos son alojamientos donde poder empaparse de historia, seguro que resulta de lo más estimulante.
Tel Aviv es una de las ciudades con más edificios de la Bauhaus, y uno de los más característicos es el Hotel Cinema. Construido en 1938, fue uno de los cines originales de Tel Aviv, y se encuentra en el centro de la ciudad. Las 83 habitaciones y sus particulares balcones en forma de cinta son ya un clásico en la bonita ciudad de Israel.
Sin salir de Tel Aviv nos encontramos la bonita Villa Blanca, construida en 1948 para la familia Silberstein y que ahora es un hotel boutique. Obra de Samuel Barkai que trabajó y fue muy influenciado por Le Corbusier, la casa ha sido redecorada por el decorador de interiores italiano Stefano Dorata.
Nos vamos a Alemania, a Dessau concretamente, la segunda sede oficial de la Bauhaus, para descubrir que el antiguo espacio de taller de la escuela, diseñado por el fundador Walter Gropius, tiene 28 estudios reformados según el plano de la planta original. Se han utilizado materiales contemporáneos pero la decoración con una réplica exacta de muebles de la época.
También en Alemania, en Löbau, encontramos la Haus Schminke, diseñada por Hans Scharoun y construida para el propietario de una fábrica de fideos que pidió «una casa moderna para dos padres, cuatro niños y uno o dos huéspedes ocasionales». La estructura resultante tiene un cuerpo curvo, ventanas de ojo de buey, terrazas y habitaciones escasamente decoradas que fluyen para crear un espacio habitable integrado. Una maravilla de la arquitectura.
En Praga encontramos Villa Winternitz, de 1931, de grandes ventanales y vigas transversales que puede ser visitada por el día y que permite alojarse durante la noche hasta que a la mañana siguiente lleguen los primeros visitantes. Una delicia.
Tomamos un avión para conocer el Hotel Boundary en Londres, que destaca con habitaciones inspiradas en la Bauhaus en general. Presenta además una sala Bauhaus con el típico esquema de colores primarios tan característico de esta escuela.
Y directos a Aspen, donde los fundadores del Instituto Aspen encargaron a los alumnos de la Bauhaus austriaca y al profesor Herbert Bayer que diseñaran el campus de 16 hectáreas que ahora es el resort Aspen Meadows. Seis de los edificios conforman la parte central del hotel, cuyo exterior blanco y cubista, habla por sí solo.
Y acabamos en Cape Cod, donde se encuentra la Casa Weidlinger. El ingeniero húngaro Paul Weidlinger, formó parte de un grupo de arquitectos y diseñadores europeos que viajó a Cabo Cod en el verano de 1937. Enamorado del lugar, años más tarde se construyó una casa aquí en 1953, y esta es una de las tres propiedades, en el bosque cerca de Wellfleet, que se puede alquilar.
En definitiva, ocho alojamientos que van más allá de instalaciones exclusivas o spas de lujo, se trata de dejar que la creatividad y la historia, nos calen, como pocos sitios en el mundo podrán hacerlo. Mejor ir preparando la maleta.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle