Es tiempo de vendimias, uvas y paisajes dorados. Una época en la que el vino se convierte en protagonista y las bodegas revelan su mejor versión. Muchas de ellas han elevado su arte más allá de la enología, confiando en grandes nombres de la arquitectura para transformar sus instalaciones en auténticos templos del diseño y el lujo. Y como en De Salas nos apasionan tanto la buena arquitectura como un gran vino, hemos querido recorrer algunas de las bodegas más impresionantes del mundo, donde el diseño y el sabor se dan la mano con maestría.
Comenzamos en casa, con un clásico que no necesita presentación: Marqués de Riscal, en Elciego, Rioja Alavesa. Su icónica bodega, obra del genial Frank Gehry, se reconoce desde cualquier punto del valle. El propio arquitecto la describió como “una criatura maravillosa, con el pelo volando en todas direcciones, que se lanza sobre los viñedos”. Las sinuosas láminas metálicas que cubren el edificio cambian de color con la luz del sol, creando un espectáculo visual único. Además, el complejo incluye un hotel de cinco estrellas, restaurante con estrella Michelin y experiencias enoturísticas que hacen honor a su reputación.
Si seguimos el ranking de los World’s Best Vineyards, debemos viajar a Argentina para visitar la número uno del mundo: Zuccardi Valle de Uco, en Mendoza. Enclavada en un paisaje árido y majestuoso, su bodega de piedra —diseñada por Tom Hughes, Fernando Raganato y Eugenia Mora— parece surgir de la propia tierra. Construida con materiales naturales y locales, encarna a la perfección la filosofía de la familia Zuccardi: respeto, autenticidad y conexión con el entorno.
El segundo puesto lo ocupa, precisamente, Marqués de Riscal, y el tercero nos lleva a Francia, al legendario Château Margaux. Conocido como “el Versalles del Médoc”, su historia se remonta al siglo XII, aunque la elegante villa neoclásica que hoy domina la finca fue diseñada en el siglo XIX por Louis Combes. Este icono del vino francés, símbolo de la excelencia de los “Premiers Crus”, combina tradición, sofisticación y un patrimonio arquitectónico inigualable.
Pero no solo las bodegas merecen mención. También existen destinos donde el vino, el bienestar y el lujo se entrelazan de forma magistral. Uno de ellos es Rosewood Castiglion del Bosco, en Montalcino (Italia). Rodeado de más de 2.000 hectáreas en pleno corazón de la Toscana, este resort cuenta con su propia bodega, un spa La Prairie, un campo de golf diseñado por Tom Weiskopf —el único dentro de un sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO—, además de elegantes villas y una piscina infinita con vistas al valle de Brunello.
En la Provenza francesa, Villa La Coste redefine el concepto de resort vinícola. Más que un alojamiento, es una experiencia sensorial. Sus 28 villas de piedra, algunas con piscina privada, se integran en un paisaje de viñedos biodinámicos y obras de arte contemporáneo firmadas por Damien Hirst, Ai Weiwei o Paul Matisse. Minimalismo, arte y vino se funden en un entorno de calma absoluta con vistas al Mont Ventoux y los Alpes.
Cruzamos el Atlántico hasta California para cerrar con Bernardus Lodge & Spa, en Carmel Valley. Inspirado en la vida de rancho californiano, este refugio de lujo recibe a sus huéspedes con una copa de vino de la casa —la bodega Bernardus está justo al final de la calle— y un servicio tan cuidado como su carta de vinos. Su spa al aire libre ofrece incluso baños de burbujas… ¡de chardonnay!
Bodegas, viñedos, hoteles de lujo, arquitectura espectacular y paisajes que invitan a brindar. En esta época en la que el vino es protagonista, descubrir estos lugares donde el diseño y la enología se funden es un auténtico placer. Y si, además, puede hacerse con estilo, en De Salas pensamos que no hay mejor brindis.
A su salud,
Gala Mora
De Salas Lifestyle
				


