Austria es un escenario donde la historia, la arquitectura y el arte conviven en perfecta armonía. Con más de 300 palacios y castillos repartidos por todo el país, es uno de los destinos europeos con mayor riqueza patrimonial. En esta edición de De Salas LifeStyle te invitamos a descubrir tres de los palacios más espectaculares, perfectos para una escapada navideña rodeada de luces, nieve y elegancia imperial.
Palacios Belvedere: La “bella vista” más icónica de Viena
Comenzamos nuestro recorrido en Viena con uno de los complejos barrocos más importantes de Europa: el Belvedere, formado por el Belvedere Inferior y el Belvedere Superior, unidos por jardines en terrazas que descienden hacia la ciudad.
Construido en el siglo XVIII por orden del príncipe Eugenio de Saboya como su residencia de verano, el Belvedere es un ejemplo perfecto de refinamiento imperial. Los jardines, diseñados por Dominique Girard —discípulo del creador de los jardines de Versalles—, son Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2001.
En el interior del Belvedere Superior se encuentra una de las obras más emblemáticas de la historia del arte: El Beso de Gustav Klimt. Considerada la joya del modernismo vienés, es una pieza que emociona incluso antes de contemplarla de cerca.
Palacio Schönbrunn: La “Versalles austriaca”
También en Viena encontramos el Palacio Schönbrunn, una de las residencias imperiales más impresionantes de Europa. Con más de 1.441 habitaciones, fue el lugar donde los Habsburgo pasaban sus veranos y donde el joven Mozart interpretó conciertos para la corte.
Sus salones dorados, sus jardines geométricos y la icónica Glorieta —desde donde se obtiene una de las vistas más mágicas de Viena— convierten este palacio en una visita imprescindible.
En diciembre, el recinto acoge uno de los mercadillos más bellos del país: el Palace Christmas Market, un universo de luces, puestos artesanales y dulces típicos que transforma Schönbrunn en un cuento de invierno.
Melk Abbey: Un palacio-monasterio sobre el Danubio
De Viena viajamos al Valle del Wachau, otro enclave declarado Patrimonio de la Humanidad. Allí se encuentra la majestuosa Abadía de Melk, una obra maestra del barroco construida en el siglo XVIII.
Situada sobre un acantilado con vistas al río Danubio, Melk es una mezcla perfecta de espiritualidad, arte y grandeza. Su biblioteca, con más de 100.000 volúmenes y frescos fascinantes, es uno de los espacios más impresionantes del patrimonio europeo.
La iglesia, con mármol rosa y detalles dorados, es un tributo al poder del arte sacro, mientras que los salones imperiales muestran la historia de la región en todo su esplendor.
Austria, un país donde el pasado sigue vivo
Los palacios austriacos son mucho más que edificios históricos. Son escenarios donde el pasado y el presente dialogan a través del arte, la arquitectura y las experiencias sensoriales. Desde contemplar El Beso en el Belvedere hasta disfrutar del mercadillo navideño de Schönbrunn o recorrer los pasillos dorados de Melk, cada visita es una inmersión en la esencia imperial de Austria.
En De Salas creemos en los viajes que inspiran, sorprenden y conectan con la belleza del mundo. Por eso queremos preguntarte:
¿Qué sentirías al colocarte frente a El Beso de Klimt, sabiendo que estás en el mismo palacio donde nació el espíritu artístico de Viena?
Nos despedimos por hoy, pero regresamos muy pronto con más estilo de vida, cultura y viajes exclusivos de De Salas LifeStyle.




