¿Quién no ha imaginado alguna vez todo lo que compraría si le tocara la lotería? hay algo en común que suele apasionar a quienes poseen grandes fortunas es su distinguido gusto por el arte. No será la primera vez que se descubren exclusivas colecciones en forma de legados artísticos entre las familias más adineradas del mundo. Nos adentramos en lo que ha sido la subasta de la colección artística del cofundador de Microsoft, Paul Allen, que ha batido todos los récords históricos. ¿Os apetece conocerla? Pues comenzamos.
Recientemente, se ha hablado de la compañía Microsoft, la empresa tecnológica multinacional estadounidense líder, que produce software para ordenadores y otros productos electrónicos de consumo. Pero no ha sido por el lanzamiento de un nuevo dispositivo electrónico lo que la ha posicionado en el foco de la noticia, sino por la subasta que se ha celebrado a petición del cofundador de la compañía.
Para hacernos una idea de la riqueza de Paul Allen, os contamos que, en 2010, el cofundador de Microsoft ocupaba el puesto número 37, entre las personas más ricas del mundo, con patrimonio de un valor estimado de 13.500 millones de dólares. Así que no nos extraña que la cifra que se ha recaudado en la subasta de sus obras por un total de 1.622 millones de dólares, la haya posicionado como la subasta de arte más cara de la historia y ahora, os vamos a contar por qué. En esta ocasión ha sido, Christie’s, la casa seleccionada para esta mediática subasta.
Uno de los aspectos más interesantes de esta subasta es que Paul Allen, que falleció en 2018 había dejado por escrito en su testamento, que todo el dinero recaudado se destinaría a misiones filantrópicas. Esto es algo que no ha sorprendido a su entorno, ya que desde que cofundó Microsoft en 1975, con su amigo de la infancia Bill Gates, donó más de 2500 millones de dólares durante su vida para financiar la investigación en biociencia y nuevas tecnologías, ayudar a salvar especies en peligro de extinción y financiar proyectos para explorar el fondo del océano.
El legado artístico de 155 obras supone un auténtico repaso por más de 500 años de la historia del arte universal donde encontramos nombres de artistas tan icónicos como Cèzanne, Boticelli, Van Gogh o Klimt.
El récord, en cuanto al cuadro por el que más dinero se pagó, fue la que es considerada la obra maestra del puntillismo, se trata de Les Poseuses, Ensemble (Petite version), del pintor francés Georges Seurat y que data del año 1888. Por esta obra se recaudaron 149,2 millones de dólares. Esta cifra ha sido 5 veces el máximo precio alcanzado por el artista.
Otras obras que registraron cifras espectaculares han sido La Montagne Sainte-Victoire, de Paul Cézanne, que se vendió por 138 millones de dólares, un paisaje de Arlès, de Vincent Van Gogh, que se vendió por 117 millones y el Bosque de abedules, de Gustav Klimt, que alcanzó los 105 millones.
Para subastar todas estas obras se han tenido que dedicar dos jornadas, en las que durante la primera noche se dio salida a 60 piezas, que superaron con creces el récord de 922 millones de dólares que se recaudaron en la venta de la colección Macklowe que os comentábamos al comienzo. Y durante la segunda jornada se subastaron un total de 95 piezas.
Otras obras que comparadas con estas podrían parecernos hasta económicas han sido, un retrato de familia de Lucien Freud que se subastó por 86 millones de dólares, una de las conocidas escenas de un puente, de Claude Monet que alcanzó los 64 millones, un cuadro abstracto y colorido de Jasper Johns por 55 millones y una escena de los canales de Venecia, de Edouard Manet de casi 52 millones.